Comer carne es habitual en nuestro itinerario alimenticio porque es nutritiva y ayuda a mantener nuestro organismo en buen funcionamiento. Pero, ¡cuidado! también termina afectando el cerebro y aquí te contamos la razón.
La carne es la proteína animal más consumida en el mundo. En los países del primer mundo, como Estados Unidos, comer carne va de 80Kg a 100kg por persona al año.
Esta aproximación no es tan distante en Latinoamérica, pues el último registro de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (2013), citada por la BBC, indica que en Brasil y Argentina las personas consumen entre 70 y 80Kg de carne al año.
En países considerados del «tercer mundo» como Venezuela o Colombia no se tiene un registro de consumo de carne, pero expertos en economía recalcan que en las naciones pobres el consumo es menor.
Lo cierto es que, en algunas circunstancias, comer carne resulta beneficioso por su alto aporte de hierro, zinc y otros minerales. Sin embargo, se ha descubierto que su consumo frecuente es un factor clave en el deterioro de la memoria.
¿ Por qué comer carne termina afectando la memoria?
Según datos publicados en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences al cocinar carne procesada, sea en horno, a la parilla o en sartén, se liberan un cúmulo de químicos, que una vez dentro del organismo, ayudan a acelerar la pérdida de cognición.
El estudio sugiere que durante el proceso de cocción se forman productos de glicación avanzada (PGA), los cuales pueden interferir con la química en el cerebro.
La reacción de químicos ocurre cuando las grasas y proteínas interactúan con azúcares. A esto se le conoce como la reacción de Maillard. Lo más recomendable es ingerir carne magra sin grasas adicionales.
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Comer carne tiene consecuencias, la demencia es una
Si hacemos de comer carne un hábito debemos saber que hay que elegir la que tenga menos grasa, puesto que un grupo de científicos del Reino Unido analizó datos reveladores sobre los hábitos y la salud de cerca de medio millón de personas en Londres y descubrieron que comer 25 gramos de carne procesada al día se asocia a un mayor riesgo (44%) de desarrollar demencia senil a temprana etapa de la tercera edad.
Los analistas resaltaron que la prevalencia de la demencia senil está aumentando desde el auge de los alimentos procesados. Cientos de personas hoy consumen al menos 50% más de comida procesada que en los años 90, e incluso, a principios del año 2000.
Los investigadores hacen énfasis en que comer carne procesada en hamburguesas, parrilladas o incluso la carne enlatada representa un peligro para el buen funcionamiento de nuestra memoria.
Mientras que, comer carne roja no procesada: res, cerdo, y en especial ternera, podría tener un efecto contrario si se consume solo 2 veces por semana.
La carne fresca, ¿tiene un efecto contrario?
De acuerdo al estudio, aquellas personas en edad contemporánea que comían 50 gramos de carne fresca al día presentaron un 19% menos probabilidades de padecer pérdida progresiva de la memoria.
Las conclusiones del estudio se obtuvieron luego de analizar detalladamente información genética y de salud de personas en edades comprendidas entre 40 y 69 años.
Como las más de medio millón de personas analizadas tienden a comer carne de todos los tipos, también evaluaron datos de aquellas que dijeron no consumir carne roja.
Recomendaciones para comer carne en la tercera edad sin riesgo de deterioro mental
- Cubre la mitad de su plato con vegetales verdes como brócoli, acelga o espinaca.
- No elimines los carbohidratos a base de cereales como el arroz, son útiles para la digestión.
- Acompaña la comida de los adultos mayores con sopas o consomés bajos en sal.
- Las meriendas son importantes: combina gelatinas ligeras, postres a base de frutas y helados endulzados con edulcorantes.
Entonces, como ya sabes la alimentación en la tercera edad es importante para preservar la memoria en buen estado.
En Geríatricos GGA lo sabemos, y por eso alimentamos a nuestros abuelos residentes con nutrientes adecuados a su etapa de vida.
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